Escuelas en un mundo hiperconectado
Por: Humberto Portocarrero
¿Qué tendríamos que aprender en las escuelas? éste es un tema que nos tiene preocupados en el ámbito educativo durante muchos años atrás y para ser sinceros, aún lo sigue haciendo, puesto que esta pregunta encuentra parte de su respuesta en un elemento extremadamente central en los procesos escolares, el currículo.
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El currículo escolar refleja en
los diferentes países una presencial política, social y cultural que a la fecha
sigue determinando sus contenidos y lineamientos metodológicos, por así decirlo
de alguna manera. Este currículo visto desde un punto de vista plenamente
educativo define lo que como sociedad queremos preservar de nuestra historia o
nuestro pasado y también define en algún caso el tipo de futuro que queremos
construir. Esta reflexión nos invita a preguntarnos ¿qué del pasado o historia
que tuvimos es la que queremos preservar? y ¿cuál es el tipo de futuro que
queremos construir?
Mucho se dice sobre que la
escuela prepara a los estudiantes para el futuro, pero claro está que desde
hace un tiempo atrás, para ser más preciso desde el 19 de diciembre del 2019,
la enfermedad ocasionada por el SARS-CoV-2, nos ha demostrado claramente que el
futuro es más cambiante de lo que pensábamos y que si antes era muy difícil el
poder proyectarlo con cierto grado de precisión, pues ahora es casi imposible,
es así que, debemos reconocer este futuro con más incertidumbres que certezas y
saber que en la escuela debemos preparar a nuestros estudiantes para un mundo
incierto, un mundo que aún no se ha comenzado a configurar.
Si el futuro es totalmente incierto, con mayor razón e hincapié debemos volver a preguntarnos ¿qué debemos enseñar en la escuela? o para ser más acertados, ¿qué debemos aprender en la escuela?
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Quizás esta pregunta o estas
preguntas no fueron muy fáciles de responder y mucho más lo son ahora, pero es
necesario cada vez más entrar en análisis y reflexión para esbozar respuesta o
respuestas a estas interrogantes. La dificultad de estas preguntas se basa en la
multiplicidad de realidades que cada uno de nuestros estudiantes vive en su día
a día. Si bien muchas veces intentaremos entregar respuestas universales que
puedan aplicarse en la generalidad del ámbito educativo escolar, veremos que
estas pierden quizás solidez y hasta fundamento el momento que analicemos las
diferentes realidades que cohabitan en el sistema escolar.
Si bien, muchos mencionamos y repetimos
continuamente que hemos pasado de habitar un mundo conectado a uno
hiperconectado es necesario evaluar si esta hiperconectividad trasciende a los
diferentes escenarios de las diferentes escuelas, debido a que estas diferentes
realidades obviamente condicionarán la mirada de esta hiperconectividad.
En estos tiempos podemos encontrar realidades de escuelas en las cuales el offline casi no existe, puesto que estas cuentan con los dispositivos tecnológicos, así como con la conectividad requerida y si en algún caso este offline existe, no lo es bajo un carácter absoluto, estas escuelas se pueden considerar escuelas hiperconectadas; existen también otras escuelas que pueden estar desconectadas a pesar de contar con los dispositivos tecnológicos, pero por diferentes decisiones referidas a políticas educativas estatales, o en algún caso de inversión privada, la conectividad no llega a estos centros educativos y si es que estudiantes o profesores logran algo de conectividad es solo por esfuerzos aislados por parte del plantel docente y/o algunos padres de familia, aquí se puede apreciar directamente la ineficiencia administrativa estatal y/o privada y la pobreza en la que algunos estados se encuentran, dentro de este escenario también hay escuelas en la que la disposición de los equipos tecnológicos y conectividad a internet, no llega de una manera en la que el universo de los estudiantes del colegio pueda hacer uso de ella con la frecuencia requerida para que ésta impacte en su formación, estas escuelas podrían agruparse dentro de las escuelas pseudo conectadas; Así mismo, se encuentran escuelas las cuales no cuentan con dispositivos tecnológicos ni conectividad, muchas de estas escuelas no necesariamente están lejos del casco urbano de las grandes ciudades y quizás son la mayoría de las que existen en muchos de los países, estas escuelas podrían agruparse dentro de las escuelas offline.
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Si bien menciono tres escenarios
seguro estoy de que hay muchos más y también seguro estoy de que muchas de
estas realidades cohabitan simplemente cruzando de una vereda a
otra.
·
Escuelas hiperconectadas: hay escuelas
hiperconectadas y extremadamente innovadoras que han sabido capitalizar los recursos
físicos y el talento humano que tienen, mismas que desde hace mucho tiempo han
planteado y ejecutado actualizaciones en su propuesta curricular, trabajando solo
contenidos esenciales y entrando en el mundo de las competencias y las
habilidades, al mismo tiempo que han invertido fuertemente en la capacitación y
formación del equipo humano que en ellas trabajan, en este contexto la
hiperconectividad del conocimiento y la aplicación de metodologías activas no
solo es una realidad, sino ya entrega claramente muestras y resultados. Así
mismo, en este escenario de escuelas hiperconectadas también hay
algunas que no han sabido leer las necesidades de una sociedad cambiante y han
mantenido no solo sus metodologías, sino que además muy poco han actualizado
sus propuestas curriculares, éstas en mi lectura, no han sabido capitalizar ni
aprovechar los recursos físicos y talento humano que tienen en sus escuelas, es
decir, que aún pudiendo hacerlo, no lo hicieron.
·
Escuelas pseudo conectadas: hay escuelas que
contando con los dispositivos pero no así con la conectividad o contando con
los dispositivos y conectividad pero en número extremadamente limitado frente
al universo de alumnos, se han esforzado por intentar contextualizar un
aprendizaje que vaya más allá de los contenidos, pero lamentablemente a pesar
de los esfuerzos, estamos en una época en la que aprender a través de la
tecnología se ha convertido en una necesidad, para poder cohabitar en el mundo
que vivimos y podamos prepararnos para un futuro incierto pero altamente
conectado. Muchos de los esfuerzos metodológicos que algunas escuelas
realizaron con su personal docente quedan en la actualidad conformado una
propuesta de formación educativa incompleta porque aún persiste un proceso de
enseñanza anclado en el papel y no encuentra posibilidades de despegar hacia
una educación conectada. Así mismo, dentro de este escenario de escuelas pseudo
conectadas existen las cuales se han mantenido en metodologías poco novedosas y
extremadamente centradas en los contenidos.
· Escuelas Offline: Muchas de estas escuelas podrían considerarse en islas dentro de un mundo en el cual la educación conectada es una realidad, estas escuelas no pueden modelizar ni siquiera a través de ventanas tecnológicas, aunque sean muy pequeñas, procesos de enseñanza aprendizaje que lleven a los estudiantes a aprender en un mundo como en el que vivimos.
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Lamentablemente, en las escuelas pseudoconectadas y las offline, la responsabilidad de una aproximación a la educación conectada recae en cada una de las familias y no estoy hablando sobre estos tiempos de pandemia, en el cual las familias han tenido que gestionar dispositivos y conectividad para la educación de sus hijos, en esta entrada de Blog me refiero al equipamiento e infraestructura tecnológico digital y de conectividad que tienen las escuelas. En estas escuelas los maestros no pueden modelar, guiar y animar desde el aula el uso de la tecnología y de las bondades que tiene esta dentro de los procesos de aprendizaje en un mundo altamente colaborativo y conectado, y si es que pueden hacerlo es gracias al esfuerzo individual de cada maestro que hace uso de sus propios dispositivos y conexión para que sus alumnos tengan aproximaciones a esta forma de aprender.
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Cuando todas las realidades están
sobre la mesa, vemos que la pregunta de ¿qué tenemos que aprender? Es más
compleja de lo que se pensaba y quizás esta pueda encontrar una respuesta por
lo menos parcial en otra pregunta: ¿cómo tenemos que enseñar? Puesto que si
como profesores nos preguntamos continuamente ¿qué oportunidades entrego a mis
estudiantes el momento de dar mi clase para que ellos desarrollen o apliquen una
habilidad y/o competencia? estaremos mirando más allá del contenido de los
programas curriculares, los dispositivos tecnológicos y conectividad de las
escuelas, porque desarrollar habilidades y/o competencias exige estrategias que
garanticen que no solo estamos trabajando conocimientos declarativos sino también
procedimentales y actitudinales. Es así que, centrar el foco del aprendizaje en
habilidades y competencias, preparará de mejor manera a nuestros estudiantes
para muchas demandas de una sociedad que proyecta un futuro incierto, pero altamente
exigente, obviamente el componente tecnológico digital es central dentro de
cualquier propuesta curricular educativa, pero claro está que esta solución depende
de intensiones que exceden a la voluntad del profesorado.
Totalmente de acuerdo con los nuevos enfoques de aprendizaje respecto al currículum, es decir, aquellas intenciones educativas que se quieren implementar en un mundo hiperconectado y sobre todo incierto y cambiante. Sin embargo, ponerse a pensar en qué y cómo debemos enseñar también nos lleva a preguntarnos para qué queremos enseñar, y ese componente reflexivo, desde mi punto vista, es lo que falta a uno de los elementos más importantes dentro de una comunidad educativa: los educadores y educadoras.
ResponderEliminarEvidentemente el mundo está cambiando y las realidades particulares en nuestro país se van transformando en función de las consecuencias socioeconómicas y políticas que evidenciamos cada día. Pero, las perspectivas y paradigmas o el cómo siento y vivo la educación, no lo está haciendo a la par o paralelamente de estás transformaciones. Entonces, pienso que existe una fuerte contradicción entre la intención educativa innovadora y transformadora y la realidad que va más allá de los recursos tecnológicos, la cuál apunta a nuestra manera de pensar y hacer educación.
Me gustó mucho tu análisis Humberto, bastante acertado.
Un saludo.
Lucero, muchas gracias por tu comentario y tus puntos de vista, me parece pertinente el adicionar al qué enseñar y cómo enseñar el para qué enseñar, tal como lo propones puesto que esa debería ser la primera reflexión a dialogar y trabajar con seriedad, puesto que ella será la que nos dará muestras claras del como enseñar y el qué enseñar.
EliminarEstamos en un mundo hiperconectado, donde se está reconceptualizando a velocidad extrema muchos conceptos que antes teníamos muy bien fundados, es necesario también reconceptualizar la escuela y lo que en ella acontece.
Un saludo.